Este viernes se proyecta en El Almacén el documental ‘Si no hubiera viento’ sobre los molinos, molinas y tahonas de Lanzarote

Publicado en marzo 2017

Posteriormente se celebrará una mesa redonda titulada “Situación actual de las infraestrucuturas patrimoniales propuestas de conservación”
A partir de las 20.00 horas. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo

Lanzarote, 14 de marzo de 2017

Este viernes 17 de marzo a partir de las 20.00 horas se proyecta en el CIC El Almacén el cortometraje documental ‘Si no hubiera viento’, se trata de un trabajo promovido por el Servicio de Patrimonio Histórico, que coordina la consejera Carmen Rosa Márquez, y realiza la empresa Prored, en colaboración con Nadir Imágenes. La proyección cuenta con la colaboración del Área de Cultura del Cabildo de Lanzarote. En el mismo se ha pretendido hacer una recopilación sobre las diferentes infraestructuras tradicionales que han permitido a la población adaptarse a las condiciones físicas de la isla. Destacan entre ellas elementos como los molinos, molinas, tahonas y molinos salineros, utilizando para ello la fuerza del viento así como la tracción animal o humana, en el caso de las tahonas.

Tras la emisión se celebrará una mesa redonda que tratará la “Situación actual de las infraestructuras patrimoniales. Propuesta de conservación”, en la que participará el portavoz de la Fundación César Manrique y Responsable del Departamento Pedagógico, Alfredo Díaz Gutiérrez; un experto en Patrimonio Etnográfico de Lanzarote, Julián Rodríguez Rodríguez; una representante de la empresa Prored, Ithaisa Abreu Hernández; un responsable de elaboración del documental, Airam Vera Vázquez. Nadir Imágenes; y la historiadora, Arminda Artetta Viotti. Coordinará la mesa la técnica del Servicio de Patrimonio Histórico. Cabildo de Lanzarote, Sandra Cabrera Pacheco. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo.

El documental surge del hecho de que la producción de gofio y de sal en la isla de Lanzarote han dejado huella tanto en el paisaje actual de la isla como en la memoria de sus habitantes.

El trabajo consistió en la localización y descripción del estado de estos hitos arquitectónicos, realizando un estudio bibliográfico paralelo y una serie de entrevistas a aquellas personas, naturales de Lanzarote, que habían trabajado en algunos de ellos o eran familiares de molineros y podían aportar información sobre su construcción, el oficio de molinero, la venta y producción de gofio y, también, sobre la vida que transcurría en torno a ellos.

En el documental se explica que los molinos tienen su origen en la llegada de los colonos europeos tras la conquista, que establecieron la agricultura de secano, centrada en los cereales (trigo, millo y cebada), y se materializa en la construcción de los primero molinos tipo torre (siglo XVII), de procedencia castellana. El molino de Tiagua y de Guatiza son ejemplo de ello.

Las tahonas aparecen casi al mismo tiempo que los molinos tipo torre, siendo conocidas como de “molinos de sangre”, debido a que la fuerza motriz para hacer girar las piedras que molían el grano era producida por animales o, en su falta, por personas.

Más tarde, surgen las molinas, originarias de la isla de La Palma, pero que en Lanzarote y Fuerteventura alcanzan su máximo desarrollo. La molina supone una mejora en la carga de trabajo que soporta el molinero, al ser de una única planta. Además, necesita menos viento para su funcionamiento. Las molinas de Mácher y la Juan Armas en San Bartolomé son ejemplos muy representativos de este tipo de construcción.

Por último, la producción de sal para la industria de conserva y salazón de pescado está íntimamente ligada a los molinos salineros, que experimentó un gran auge en el siglo XIX. Sin embargo, es muy posible que los orígenes de la producción de sal en la isla sean más antiguos, pues ya en 1590 Leonardo Torriani señala la existencia de las Salinas del Río.

Inventario y entrevistas a molineros

Teniendo en cuenta la importancia histórica de los molinos en Lanzarote, el Servicio de Patrimonio Histórico de Cabildo Insular encargó en el año 2015 a la empresa PRORED, Soc. Coop. el proyecto denominado: “Infraestructuras Tradicionales Industriales (molinos, molinas, tahonas y molinos salineros), así como actividades y modos de vida asociados”. En este trabajo, finalizado en agosto de 2016, se abordó el inventario patrimonial de los edificios que aún se mantienen en pie en distintos puntos de la isla, registrando el estado de conservación de cada uno de ellos, resultando un total de 63 bienes (15 molinos, 6 molinas, 17 tahonas, 2 molinos de pozo y 43 molinos salineros).

Otro de los trabajos más importantes que se llevaron a cabo fue la realización de entrevistas a aquellas personas que trabajaron en los molinos, tanto en su construcción como en la elaboración del gofio, siendo ellos los que realmente conocen los entresijos y particularidades de la bien llamada arquitectura del viento. Así, se obtuvo información de carácter técnico (quiénes y cómo los construían, con qué materiales, etc.) y social, pues no se debe olvidar que tanto en el interior de los molinos y en su entorno se desarrollaba la vida de la gente de Lanzarote. Se trata de la recuperación de parte una parte de la memoria, de los recuerdos, de los amoríos, de los cantares, de las calamidades, de las diferencias entre el rico y el pobre, etc.

Esta memoria quedó reflejada en este corto-documental “Si no hubiera viento”. Durante la media hora de duración de este audiovisual las voces de los entrevistados nos hacen partícipes de la construcción de los molinos, de su funcionamiento, del olor del tueste del grano y del gofio. A través de estas imágenes y estas voces se consigue que una parte de esta vida ligada a los molinos, no se la lleve el viento.

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