El Museo Internacional de Arte Contemporáneo, MIAC, presenta la primera exposición individual del fotógrafo español Chema Madoz en Canarias, galardonado con numerosos premios, entre ellos el Premio Nacional de Fotografía. Este proyecto expositivo comisariado por Oliva María Rubio, historiadora del arte y comisaria, y organizado y producido por La Fábrica, reúne una amplia selección de medio centenar de fotografías en blanco y negro, en las que Chema Madoz crea metáforas poéticas a partir de objetos cotidianos.
La comisaria presenta la exposición a través del siguiente texto:
Ajeno a las clasificaciones habituales, Chema Madoz subvierte las reglas de la naturaleza, dejando vagar su imaginación. Despliega su fantasía y funde los reinos animal, vegetal y mineral, dando lugar a un reino propio en el que transforma hojas, ramas, nubes, maderas, plantas, flores, piedras… ofreciendo las combinaciones más inesperadas.
Unas veces lo hace cambiando la función de los elementos de la naturaleza, otras haciendo asociaciones insólitas o jugando con la semejanza.
Chema Madoz se complace en trastocar la realidad, porque a pesar de su apariencia sólida e inalterable, una mínima variación puede hacernos conscientes de la fragilidad de aquello que nos rodea. A lo largo de los años, esas variaciones introducidas en los objetos —un campo fértil e inagotable para el artista— nos han hecho ver otras realidades, han expandido nuestro conocimiento e incluso nos han hecho esbozar una sonrisa al identificar o intuir sus mecanismos, porque, como él mismo señala, «toda manipulación está a la vista del espectador». De ahí que sus imágenes nos resulten extrañas en un primer momento, pero familiares y fácilmente identificables en cuanto detenemos nuestra mirada en ellas y reconocemos sus juegos, sus guiños, sus combinaciones, sus alteraciones.
Pero a lo largo de su carrera, Chema Madoz no solo ha trabajado con el objeto. Una mirada atenta nos hace descubrir la gran importancia que cobra la naturaleza en su trabajo y la cantidad de obras que le ha inspirado. Ahora bien, el artista opera con los elementos de la naturaleza de la misma manera en que lo hace con los objetos, buscando asociaciones, parentescos y encuentros fortuitos, realizando pequeños desplazamientos, combinaciones, yuxtaposiciones, metamorfoseándolos.
Chema Madoz trabaja con los elementos de la naturaleza, al igual que lo hace con los objetos, de todas las maneras posibles y a veces la sorpresa proviene simplemente del cambio de función de los objetos (un dedal convertido en una maceta). Como un mago que realiza milagros, Chema Madoz abre nuestra mente a un conocimiento más hondo de las cosas y de la realidad que nos circunda, haciéndola más compleja, expandiéndola y profundizando en ella.