Cuando un niño es ingresado con la enfermedad llamada Cáncer, no sabe lo que va a pasar ni lo que tiene que hacer. Nosotros se lo explicamos de una manera divertida, como un juego en el que hemos convertido el hospital en una isla mágica. Allí tendrá que enfrentarse a pruebas para conseguir las pociones mágicas, luchar con unos bichos muy malos y visitar nuestro árbol de la esperanza, una serie de pruebas que disfrazan la realidad a la que es sometido.
Ante cualquier problema o enfermedad, lucha, fuerza, pero sobre todo, esperanza. Porque la vida es un camino muy largo. Un camino sin retorno. La vida es como tú quieras que sea.