En cierta ocasión el teléfono de Moisés Fleitas se cayó dentro de un inodoro. Tras recuperarse de este desagradable incidente y quedarse pensando en la excesiva dependencia que le otorgamos a los móviles en la actualidad, comenzó a reflexionar sobre la cantidad de datos e información sobre nuestras vidas que se depositan en esos dispositivos o cómo en un instante buena parte de nuestra vida que se encuentra en el móvil puede desaparecer, por ejemplo, al caérsenos en un WC.
Este trabajo de videoarte surge como un discurso reflexivo que nos invita, utilizando esta desconcertante anécdota y la estrategia humorística siempre presente en la obra de Moisés Fleitas, a que pensemos sobre cuestiones como la levedad insustancial de nuestras vidas pegadas al móvil y la pérdida de tiempo asociada a su uso, al utilizarlo como recurso de diversión ociosa o como forma de relación interpersonal en un universo virtual e irreal donde las cosas no siempre son como parecen.
Selfshit es, en ese sentido, un autorretrato ácido de nuestro forma de vida (de mierda), referenciada en el trasfondo intranscendente, fútil e insustancial de una creciente adicción asociada a la telefonía móvil. Es la contundente respuesta visual, decorada con el espejismo de la purpurina, a una forma de transitar o estar en el mundo que puede irse al traste en cualquier momento, al igual que ese teléfono caído accidentalmente en un retrete, convertido nuevamente en una alegoría icónica, paródica y significativa que nos recuerda la revolucionaria Fuente (1917) del artista Marcel Duchamp.